Encuentro Picante segunda parte
—Esta comida es altamente reconstituyente, el cansancio no se va a sentir y terminará la faena sin problemas. —Gracias. Con una ligera reverencia, ella se retiró, se dirigió a la cocina y regresó con una jarra de refresco que colocó sobre el asiento junto a un vaso, cada movimiento era seguido por el joven noble, quien veía sus suaves movimientos como en una danza en la que quería participar para llevarla de la mano; esa danzante, de inmediato volvió a hacer el recorrido y trajo un recipiente lleno de ajíes que comenzó a repartir con un cucharon, colocándolos en los platos de los comensales; al llegar a su sitio, le preguntó. —¿Le sirvo ají? Hatun Percay veía que todos comían ají con su comida, en medio del grupo no sabía cómo destacar para deslumbrarla, pero tampoco quería ser menos, así que viendo la olla quiso impresionar a la bella joven. —Me encanta, dame el más picante. —El más picante, le puede quemar la lengua —recalcó ella en duda por el pedido. —Si no quem