Entradas

Mostrando las entradas de agosto, 2017

LA SANCIÓN - Segunda Parte

Imagen
Su respiración aumentaba, la tensión a su cuerpo llegaba, sus ojos se abrían para observar a su capitán y su reacción, pero este no se movió ni habló en su defensa; ahora su desdicha aumentaba, esto sólo podía significar algo malo para su actual carrera militar. El asunto había pasado a niveles más altos, en consecuencia el castigo sería mayor. Al ver que el oficial bajó la cabeza, el capitán intervino. —Teniente. Todo se convirtió en oscuridad a su alrededor con ojos que lo observaban detenidamente, pensando en que defraudaba a su familia; el apoyo de su oficial no fue el esperado; nada de esto pasaría si no le hubieran dado una misión difícil, pero su alegato cayó en saco roto. De inmediato una voz lo regresó al salón. —¡Teniente Hualpa, mirada al frente! —Insistió el capitán con vehemencia. —Sí, señor —respondió sin ánimo levantando la mirada. —Una vez analizado los informes de sus superiores sobre su desempeño en el campo de batalla y concluyendo que en su estado

LA SANCIÓN - Primera parte

Imagen
El teniente vestido de roja, capa verde, orejeras de oro, arma al hombro y casco bajo el brazo, ingresó al cuartel general dirigiéndose al salón de guerra, donde su capitán lo había citado; él sabía la razón de la citación, la última acción en campaña contra los enemigos del reino no le favorecía, su desenvolvimiento en batalla no estaba a la par de sus colegas; esto lo llevaba a concluir que recibiera una severa amonestación por su conducta. Al llegar a la puerta del salón, se presentó ante los dos soldados de larga cabellera que sostenían lanzas y escudos, parados en la puerta. —Soy el teniente Hualpa, el capitán me citó. —Un momento, teniente. Uno de los soldados ingresó para anunciar su llegada; segundos después lo hicieron ingresar. —Teniente Hualpa, señor. El teniente se paró delante de los superiores e hizo reverencia inclinando levemente el torso. Dentro del recinto un general con capa roja y su capitán con capa negra se encontraban sentados en bancos de madera, el secretar

EL ENCUENTRO - Segunda Parte

Imagen
—Idiota, te vengo a recoger porque seguro te quedaste dormi… Una delicada mano aparecía para sostener la puerta, luego una bella señorita de quince años de edad, con una trenza larga hecha con sus cabellos negros y brillantes, vestida de amarillo, con joyas en las muñecas y bolsa de tela que colgaba del hombro se paró en la entrada. —¿Vienes a ver a mi hermano? Ahora parecía que el idiota era otro. La bella joven estaba lista para ir a trabajar a los establos de llamas, al oeste de la ciudad, con delicadeza cerraba la puerta y miraba al militar; Túpac se quedó sin habla, como si estuviera en trance; ella sonreía y él sólo la miraba, embobado, procesando la información recibida sobre el parentesco familiar. —¿Tu hermano? —Apu es mi hermano, no tarda en salir, está conversando con mi padre, ¿eres militar? —Preguntó la joven mientras daba unos pasos hacia la calle. —Sí. ¿Cómo te llamas? —Sami. Me voy a trabajar, espero volverte a ver. Adiós. —Eso espero. Ella se alejó entre l