El aseo y limpieza en época Inca era obligatorio
El aseo y limpieza en época Inca
era obligatorio
Entre las varias leyes y ordenanzas que había en la época
inca, una disponía que los integrantes de cada familia debían mantener un
estricto aseo corporal y de su vestimenta, además de mantener limpia su casa y
los campos de cultivo que les correspondían. Cada autoridad vecinal o
llaqtacamayoc (dirigente vecinal) hacía visita periódica a las familias en sus
casas y en sus campos de cultivo; los que cumplían las normas eran premiados y
halagados en público y los que no cumplían las normas eran obligados a lavar su
cuerpo y tomar el agua de lavado en público. Además el baño estaba incluido en
algunas ceremonias como parte del rito.
Guamán Poma, en su obra “Nueva Coronica y Buen Gobierno, en
el capítulo XV, Justicia del Inca, nos dice; “castigo de perezosos, sucios y
puercos que no tienen cosa limpia: de ellos sucios de cabeza y de la cara, de
la boca hediondo, de los pies y manos y de la ropa que traigan sus vestidos, le
castigaba con cien azotes con una huaraca [honda], y toda la suciedad del
cuerpo, de la cara, cabeza, pies y manos, esta suciedad les daba a beber a él
mismo o a ella por castigo. Y si no lo limpiaba ni aplicaba estiércol a su
chacra (campo de cultivo), toda la yerba amarga o no amarga hacía moler y revuelta
con orines. Para que no le hiciera daño le daban a beber dos queros (vaso de
madera) o mates grandes en público, castigo por su pereza y culpa. Estos
castigos estaban ejecutado en los sucios y perezosos”.
En el capítulo IX Ordenanzas del Inca, menciona; “ítem:
Mandamos que a los perezosos y sucios puercos les penaba que la suciedad de la
chacra o de la casa o de los platos con que comen o de la cabeza y de las manos
o pies les lavaban y se las daban a beber de fuerza en un mate, por la pena y
castigo en todo el reino. Así estaba ejecutada esta pena”.
Las autoridades vecinales podían ingresar a cada casa para
inspeccionar la aplicación de las normas de aseo. Garcilaso de la Vega en los
Comentarios Reales en el Tomo I. Capítulo XI, Leyes y ordenanzas de los Incas
para el beneficio de los vasallos, menciona; “después de esto, mandaba la misma
ley que los indios comiesen y cenasen con las puertas abiertas para que los
ministros de los jueces pudiesen entrar más libremente a visitarles. Porque
había ciertos jueces que tenían cargo de visitar los templos, los lugares y
edificios públicos y las casas particulares: llamados llactacamayu. Estos, por
si o por sus ministros, visitaban a menudo las casas para ver el cuidado y
diligencia que así el varón como la mujer tenía acerca de su casa y familia, y
la obediencia, solicitud y ocupación de los hijos. Colegían y sacaban la
diligencia de ellos del ornamento, atavío y limpieza y buen aliño de su casa,
de sus alhajas, vestidos, hasta los vasos y todas las demás cosas caseras. Y a
los que hallaban aliñosos premiaban con loarlos en público, y a los desaliñados
castigaban con azotes en brazos y piernas o con otras penas que la ley mandaba”.
Los palacios y casas de las autoridades contaban con baños
de piedra de cantería finamente decorados para el uso particular; las fuentes en
los diferentes barrios y manantiales alrededor de las ciudades estaban a disposición
de las personas, ellas llevaban aguas a sus
casas en recipientes de arcilla o se bañaban en estos lugares.
Cieza de león en su obra El señorío de los Incas, nos
cuenta; “en los palacios de los Ingas había muchas cosas que ver, especialmente
unos baños muy buenos, adonde los señores y principales se bañaban estando aquí
aposentados”. “Hay asimismo en muchas partes grandes baños, y muchas fuentes de
agua caliente, donde los naturales se bañaban y bañan”.
“Y cuentan en este paso que sucedió un misterio fabuloso, el
cual fue que como en aquel tiempo no corriese por la ciudad ni pasase ningún
arroyo ni río, que no se tenía por pequeña falta y necesidad porque cuando
hacía calor se iban a bañar por la redonda de la ciudad en los ríos que había y
aun sin calor se bañaban, y bañan los indios, y para proveimiento de los
moradores había fuentes pequeñas, las que ahora hay…”
Bartolomé de las casas, nos dice; “aciertos tramos por su
orden salían ciertos caños de agua para que no faltase tampoco el refrescarse y
el beber. Salían por aquellos lugares hermosos chorros de fuentes frías, y
donde salían calientes, había también baños comunes para que todos se
aprovechasen yentes y vinientes.
En las fiestas de la Citua y el Huarachikuy en el Cusco, el
baño formaba parte del rito.
Cristobal de Molina, menciona; “y a los veinte y un días del
dicho mes, todos los que se habían armado caballeros se iban a bañar a una
fuente llamada Calixpuquio, que está detrás de la fortaleza del Cuzco, casi un
cuarto de legua, a donde se quitaban aquellas vestiduras con que se habían
armado caballeros, y se vestían otras que se llamaban huanaclla, de color negro
y amarillo y en medio una cruz colorada…”.
Sarmiento de Gamboa, agrega; “la otra (fiesta) se llamaba
situa, que era a la manera de nuestros regocijos de San Juan; que se levantaban todos a medianoche con lumbres y se
iban a bañar, y decían que con aquello quedaban
limpios de toda enfermedad”.
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Sarmiento de Gamboa, agrega; “la otra (fiesta) se llamaba situa, que era a la manera de nuestros regocijos de San Juan; que se levantaban todos a medianoche con lumbres y se iban a bañar, y decían que con aquello quedaban limpios de toda enfermedad”. ideandando.es/que-es-la-democracia/
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