LA SANCIÓN - Segunda Parte
Su respiración aumentaba, la tensión a su cuerpo llegaba, sus ojos se abrían para observar a su capitán y su reacción, pero este no se movió ni habló en su defensa; ahora su desdicha aumentaba, esto sólo podía significar algo malo para su actual carrera militar. El asunto había pasado a niveles más altos, en consecuencia el castigo sería mayor. Al ver que el oficial bajó la cabeza, el capitán intervino. —Teniente. Todo se convirtió en oscuridad a su alrededor con ojos que lo observaban detenidamente, pensando en que defraudaba a su familia; el apoyo de su oficial no fue el esperado; nada de esto pasaría si no le hubieran dado una misión difícil, pero su alegato cayó en saco roto. De inmediato una voz lo regresó al salón. —¡Teniente Hualpa, mirada al frente! —Insistió el capitán con vehemencia. —Sí, señor —respondió sin ánimo levantando la mirada. —Una vez analizado los informes de sus superiores sobre su desempeño en el campo de batalla y concluyendo que en su estado