LAS ANDAS DEL INCA
LAS ANDAS DEL INCA
Las andas eran usadas por los soberanos Incas durante sus viajes y para pasear con ceremonia a sus momias. Describen los cronistas que solían ser recubiertas con planchas de oro; sobre ellas iba sólo el Inca en su asiento de oro o en algunas ocasiones el Inca y la Coya (como lo retrata Guamán Poma de Ayala) en sus asientos dorados, protegidos por un dosel confeccionado con vistosas plumas de papagayo.
-k'allapa, significa andas, litera, angarilla, parihuela.
-Kallapi, significa camilla. Dispositivo para llevar heridos y enfermos. Quechua en Ayacucho, Perú; wantuna, kallapu. || Quechua en Bolivia; kallapu (madero para apuntalar). || Quechua en Ecuador; Amarillo. / Parihuela. / Argana.
(Diccionario de la Academia Mayor de la lengua Quechua)
Cieza de León nos narra; “Cuando en tiempo de paz salían los Ingas a visitar su reino; cuentan que iban por él con gran majestad, sentados en ricas andas armadas sobre unos palos lisos, largos, de madera excelente, engastonados en oro y argentería. Y de las andas salían dos arcos altos hechos de oro, engastonados en piedras preciosas, caían unas mantas algo largas por todas las andas, de tal manera que las cubrían todas; y si no era queriendo, el que iba dentro no podía ser visto ni alzaban las mantas si no era cuando entraba o salía, tanta era su estimación. Y para que le entrase aire y él pudiese ver el camino había en las mantas hechos algunos agujeros. Por todas partes de estas andas había riqueza y en algunas estaban esculpidos el sol y la luna y en otras unas culebras grandes ondeadas y unos como bastones que las atravesaban; esto traían por insignia y armas”.
Para las festividades en la capital cusqueña o en alguna celebración en alguna provincia principal, las andas eran cargadas por señores principales. Los vasallos pertenecientes a la etnia de Lucanas eran entrenados para cargar las andas del Inca.
Garcilaso de la Vega nos dice; “Para traer en hombros la persona real, en las andas de oro en que andaban continuamente, tenían escogidas dos provincias, ambas de un nombre, que confina la una con la otra, y por diferenciarlas las llamaban a la una Rucana y a la otra Hatun Rucana, que es Rucana la grande. Tenían más de quince mil vecinos, gente granada, bien dispuesta a pareja. Los cuales en llegando a edad de veinte años se ensayaban a traer las andas sesgas, sin golpes ni vaivenes, sin caer ni dar tropezones, que era grande afrenta para el desdichado que tal le acaecía, porque su capitán, que era el andero mayor, lo castigaba con afrenta pública”.
El séquito del Inca se completaba con músicos y bailarines que actuaban cuando el soberano lo pedía y sirvientes que estaban a su disposición, además de una escolta armada. Se menciona que en las batallas el inca luchaba sobre sus andas, quizá daba la orden de avanzar en zona segura, sin peligro de ser herido o de ser muerto.
“Como sale el Inca a pasear con sus lacayos, morriones, estandartes, trompetas y flautas, danzas y taquis (cantos) y lleva indios chunchos desnudos por gala y señorear; y sale en sus andas, quispiranpa (andas de piedras preciosas) con su Coya, señora, así mismo sale a pelear” (Guamán Poma de Ayala).
“Sus capitanes iban al derredor de las andas, y la gente de guerra delante, por su orden y concierto militar, en escuadrones la de cada provincia de por sí dividida de la otra, guardando todas las antigüedades de como habían sido ganadas y reducidas al imperio, porque las primeras iban más cerca del Inca y las postreras más lejos” (Garcilaso de la Vega).
Según Bartolomé de las Casas; “ningún otro señor podía andar en andas de ningún metal ni de otra materia, por gran señor que fuese, sin su particular licencia… a algunos señores de los no muy grandes daba licencia y privilegio que pudiesen andar en hamacas, en que también iban en hombros de hombres, pero iban echados y envueltos”.
Se sabe que el Inca podía otorgar el favor de viajar sobre sus propias andas a sus súbditos principales, como lo refiere Pedro Pizarro sobre el señor de Chincha; "(venía) en unas andas que parecía a los suyos cosa de admiración, porque ningún indio por señor principal que fuese había de parecer delante del (Inca) sino fuese con una carga a cuestas y descalzo". Al preguntar a Atahualpa sobre esta situación, el Inca respondió; "este señor de Chincha antiguamente era el mayor señor de los llanos, que echaba solo de su pueblo cien mil balsas a la mar y que era muy su amigo y por esta grandeza de Chincha pusieron nombre de Chinchaysuyo desde el Cuzco hasta Quito que hay casi cuatrocientas leguas".
Cieza de León narra; “Tupac Yupanqui en Quito dejó por su capitán general y mayordomo mayor a un orejón anciano, quien todos cuentan que era muy entendido y esforzado y de gentil presencia, a quien llamaban Chalcomayta; y le dio licencia para que pudiese andar en andas y servirse con oro y otras libertades que él tuvo en mucho”.
Foto; dibujos de Guamán Poma de Ayala.
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